Rafting en er rìo Sesia en Piemonte
Utilizar un "raft" para cabalgar las olas de los rapidos más emocionantes, es un medio simple para todos aquellos que realmente quieran vivir una experiencia inolvidable en el río. Para ponerse a prueba en esta aventura es suficiente saber nadar y estar ansioso de convivir con su grupo sensaciones únicas. La escuela de deportes SESIA RAFTING ofrece diferentes recorridos, dependiendo de la dificultad de los rápidos, del tiempo a disposición y del nivel del agua. Para los más chicos tenemos una experiencia a su altura y con la mayor seguridad podrán experimentar las emociones igual que los adultos. Antes del descenso el instructor demostrará y explicará las medidas de seguridad y las principales técnicas fluviales, aquellos con poca experiencia no tienen de que preocuparse. Todos los monitores de Sesia Rafting están qualificados y certificados para la Federación Italiana de Rafting (FIRaft). La escuela os provederá de pantalón de neopreno, chaqueta contra agua, casco y chaleco salvavidas. Tenéis quel levar zapatos que se puedan mojar, traje de baño, necesario para la ducha.
La temporada ideal para hacer rafting en el río Sesia en Valsesia, se extiende de abril a septiembre.
Historia del rafting
El Rafting es un deporte relativamente reciente, nacido oficialmente en Italia en diciembre de 1987, gracias a la voluntad de un grupo de apasionados que, para practicar, promover y difundir esta actividad, fondaron a Milán la asociación italiana Rafting (Airaf): este paso representa el exordio oficial en nuestro País de una disciplina cuyo primer Campeonato Nacional se desarrolla en 1988. Rafting deriva del verbo inglés "to raft", o sea "navegar" sobre una balsa. Contrariamente a las apariencias, la pendiente y la superación de inaccesibles cursos de agua, no se trata de un deporte particularmente peligroso, si se ha a conocimiento de particulares técnicas para afrontar obstáculos y dificultades. La idea de remontar y atravesar arroyos, ríos y rápidoses con "embarcaciones neumáticas", en pasados odres de piel hinchados con aire, hoy balsas con quillas neumáticas construidas con materiales resistentes a la usura y a los impactos, hunden sus raíces, no por finalidades deportivas sino por necesidad, a la época de los antíguos babilones. En los Estados Unidos esta disciplina lleva orígen de la antigua tradición de indianos y exploradores que vadearon cursos de agua algo hospitalaria a bordo de aventurosas canoas de madera y bañadas de piel, hasta transformarse en el deporte, llegado en Europa en los años' 80, que atrae hoy cada vez más apasionados del escalofrío y del "desafío" con la naturaleza.
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